Sr. Editor:
Queremos agradecer el interés de Sánchez et al en el artículo en el que validamos externamente el ín-dice UDT65 (Uso de aspirina, Diabetes, Tipicidad del dolor, 65 o más años)1 que previamente habíamos descrito2. Estos autores, tras estudiar a 1.000 pacientes, proponen un índice similar al nuestro, que incluye diabetes, tipicidad del dolor (opresivo y retroesternal) y edad (≥ 40 años), sustituyendo uso de aspirina por enfermedad coronaria previa3. Los autores obtienen sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo del 100% para detección de síndrome coronario agudo. Sin embargo, al usar nuestro índice en su población ampliada a 4.221 pacientes, estos parámetros pasan al 98, el 23, el 17 y el 98%, respectivamente. La única explicación lógica para esta enorme discrepancia es que el uso de aspirina no figura en la lista de variables clínicas recogidas por esos autores3.
Creemos que es preferible usar la variable «uso de aspirina», ya que es fácil de recoger en la anamnesis e incluye pacientes con enfermedad arterial periférica. Además, el índice UDT-65 se relaciona con la extensión de la enfermedad coronaria4.
La mitad de los pacientes que acuden por dolor torácico a un servicio de urgencias tienen un perfil de riesgo muy bajo, en los lo que podría no ser necesaria la realización de pruebas de detección de isquemia. En la práctica diaria esto es lo que se hace, aunque muchas veces de forma no protocolizada. Por ejemplo, en el grupo de Sánchez, de 1.000 pacientes con dolor torácico, 480 (48%) fueron catalogados inicialmente como «sin síndrome coronario agudo» y no se les realizó prueba de detección de isquemia5. En realidad, esos autores sólo realizaron ergometría a 144 pacientes (14%). El índice UDT-65 es útil para detectar a los pacientes con un riesgo tan bajo que el beneficio de la realización de una prueba de detección de isquemia sería dudoso o poco coste-efectivo. De hecho, Sekhri et al, estudiando a 4.873 pacientes sin enfermedad coronaria previa ingresados en unidades de dolor torácico, han mostrado que la ergometría añade escaso valor pronóstico a las variables clínicas diabetes, tipicidad del dolor, edad y sexo masculino6.