Sr. Editor:
Siempre reconforta encontrar en su Revista referencia de muchos profesionales sanitarios de nuestro país y fuera de él, artículos bien elaborados, redactados y centrados en temas actuales y de interés. Sin embargo, la lectura de la reciente «Comunicación Breve» firmada por San Román et al1 nos ha generado sentimientos encontrados: alegría por poder leer un artículo centrado en un campo que ha sido y es motivo de estudio por nuestro grupo, y tristeza al analizar la bibliografía que el artículo incluye.
De las 14 referencias señaladas, una de ellas está repetida2, dos tienen errores «menores» (datos incompletos)3,4 y tres tienen errores graves centrados en la consignación de los autores5-7. En la parte que nos toca, además, nuestro original al que se hace referencia se centra en ingresos inadecuados y no en estancias inadecuadas. Probablemente se referían a otro original también firmado por nuestro grupo y que sí analizaba estancias inadecuadas8.
Al hilo de estos hallazgos, no está de más recordar que la bibliografía constituye el sustento científico del trabajo, y un estudio bien apoyado bibliográficamente orienta a que el trabajo ha sido realizado con minuciosidad. Además, todos los datos de las referencias bibliográficas han de comprobarse con las fuentes originales, verificando los nombres de los autores, el título del documento y el nombre de la publicación en la que aparece, así como el año de publicación, el volumen y las páginas9,10.
Finalmente, entendemos que la detección de estos errores es también labor y responsabilidad de los revisores (pares) de la Revista, elementos que deben ser clave para la mejora en la ya de por sí excelente calidad de REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA.