El artículo de Barrios et al.1 explica la implementación de atención de consultas telemáticas para pacientes cardiológicos debido a la emergencia sanitaria global. En él se propone que los profesionales de esta especialidad apliquen las habilidades blandas durante la comunicación a distancia con sus pacientes, puesto que por la coyuntura estos se encuentran más vulnerables.
Asimismo, este estudio propone que el primer contacto del paciente debe ser con el servicio de enfermería, del cual se espera una atención estructurada, eficaz y resolutiva. Como se sabe, por lo general, los profesionales de salud están acostumbrados a una asistencia presencial, mientras que la teleconsulta tiene una alta exigencia de atención virtual, la cual puede producir altos niveles de estrés en el personal. En esta situación, las enfermeras deben adoptar la gestión del cambio, mediante nuevas herramientas y las tecnologías de la información y la comunicación2. En otras palabras, les resultará conveniente el interaprendizaje y la interdependencia con otros profesionales para la asimilación de estos elementos, en los que destaquen las fortalezas y se mejoren las debilidades. En definitiva, es una oportunidad para que la teleconsulta sea eficaz según lo establecido, pero con un trato amable, paciente y cercano, es decir, una experiencia grata para el paciente.
Las habilidades blandas durante la teleconsulta cardiológica aseguran una exitosa relación con el paciente y su familia. Para ello, los médicos posiblemente requieran mayores habilidades comunicacionales, sobre todo en el momento de informar al paciente sobre el estado de su salud3. El cardiólogo debe mantener una conducta motivacional y proactiva; con pensamiento lógico y capacidad argumentativa. Todo ello debe primar en ese contexto, puesto que estas habilidades se aprenden, se desarrollan y se gestionan, no son intrínsecas. Mantener una adecuada comunicación hará que las propuestas del estudio tengan un alcance integral4.
En ese sentido, es indispensable que médicos y enfermeras internalicen la importancia de emplear las habilidades blandas en el servicio de consultas telemáticas. Esto exige un esfuerzo consciente y constante. La idea es conseguir una respuesta al cambio de manera idónea, donde se optimice el trabajo y se evite el síndrome de burnout del personal, pues la atención en salud debe ser toda una experiencia tanto para el paciente como para el profesional de salud. Ello se consigue con empatía, comunicación asertiva, sensibilidad e inteligencia emocional, con el fin de generar una relación cercana5.
Por lo tanto, los profesionales de la salud necesitan adquirir las habilidades blandas para relacionarse con sus pacientes, quienes seguramente se encuentran en estado de angustia o emocionalmente vulnerables debido a su problema de salud, sumado al riesgo epidemiológico. Por ello, la atención debe ser empática, para que ayude a contrarrestar el problema. Igualmente, se considera imprescindible que los especialistas sanitarios desarrollen habilidades tecnológicas, a la vez que se presta un servicio comunitario y humanista, en el que se respeten los protocolos de seguridad de los datos en el ejercicio de las teleconsultas.