Agradecemos los comentarios de Rosell-Ortiz et al. En efecto, en nuestro estudio1 la mitad de los pacientes precisaron traslado entre centros para la práctica de angioplastia primaria (AP), con el inherente retraso que conlleva. Por otra parte, en algunos estudios aleatorizados2 se ha demostrado la no inferioridad de la terapia con fibrinolisis en las primeras horas de evolución del infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST respecto a la AP, si bien en términos generales esta última es superior por su mayor eficacia en la reperfusión y la menos frecuente aparición de complicaciones, sobre todo hemorrágicas3. En otro análisis reciente de pacientes del Codi Infart en las primeras 2 h de evolución, la AP solo pierde su superioridad respecto a la fibrinolisis en retrasos hasta la apertura de la arteria > 140 min desde el primer contacto médico4.
El protocolo Codi Infart incluye administrar fibrinolisis en retrasos previstos entre primera asistencia y apertura de la arteria > 120 min, lo que está condicionado por la disponibilidad del laboratorio de hemodinámica, el número de ambulancias y el tráfico de la zona. Esta estrategia también se utiliza en otras redes asistenciales consolidadas como la de Asturias, con una orografía distinta de la catalana pero con excelentes resultados5. En Cataluña la geografía no es compleja, lo cual permitiría la práctica de AP dentro de los plazos recomendados en la mayoría de los casos y reservar la fibrinolisis (y el traslado posterior al hospital de referencia con hemodinámica) para aquellos en que los tiempos sean realmente inalcanzables (que serían predominantemente centros muy alejados del hospital de referencia). Ello implica que la mayoría de los retrasos podrían acortarse mediante el diagnóstico y el drenaje mucho más precoces desde la primera asistencia.
Agradecemos a todos los profesionales implicados en el programa Codi Infart.