Sra. Editora:
Agradecemos la carta de Catalá-López et al en respuesta a nuestro artículo recientemente publicado1. En efecto, un riesgo relativo > 3 en el brazo de intervención para mortalidad cardiovascular combinando los estudios Randomized Olmesartan And Diabetes Microalbuminuria Prevention (ROADMAP)2 y Olmesartan Reducing Incidence of Endstage renal disease in diabetic Nephropathy Trial (ORIENT)3 no resulta tranquilizador. Además, nos parece interesante que los autores nos recuerden a los clínicos que olmesartán está autorizado «exclusivamente» para el tratamiento de la hipertensión arterial, algo especialmente relevante teniendo en cuenta que las observaciones de aumento de riesgo de muerte cardiovascular se centran en sujetos diabéticos, fundamentalmente normotensos, para prevenir la nefropatía diabética.
Sin embargo, queremos hacer notar las siguientes consideraciones a las señaladas por Catalá-López et al. Primero, nuestro estudio incluyó todos los artículos publicados hasta el 30 de abril de 2011 que cumplieran una serie de condiciones explicadas en detalle en el manuscrito original1. Los resultados del estudio ORIENT3 se publicaron online (PubMed) 6 meses más tarde. Nuestra estrategia de incluir sólo estudios publicados en repertorios es la que se utiliza con mayor frecuencia en revisiones sistemáticas. Segundo, las observaciones de nuestro metaanálisis nos parecen relevantes a pesar de que, como señalan Catalá-López et al, no contestaron completamente al interrogante planteado. La microalbuminuria persistente es un signo precoz de nefropatía en el diabético tipo 2, y su presencia se asocia a ocurrencia de macroalbuminuria y enfermedad renal terminal4. A su vez se acepta que frenar la progresión hacia la enfermedad renal terminal (p. ej., mediante la reducción de la excreción urinaria de albúmina) puede cambiar favorablemente el pronóstico vital. En esta línea, se han dedicado muchos esfuerzos a los fármacos bloqueadores del receptor tipo 1 de la angiotensina II, y resulta paradójico que una intervención que es capaz de reducir significativamente la incidencia de microalbuminuria en algo más de 3 años también se acompañe de un balance desfavorable en términos de mortalidad. Una observación similar —desfavorable— ocurrió en el estudio Irbesartan Patients with Diabetes And MicroAlbuminuria (IRMA-2)5. Así, consideramos que nuestro metaanálisis fue pertinente al evaluar en conjunto «tendencias» observadas en al menos dos estudios previos2, 5. Finalmente, un efecto general neutro en mortalidad total como el que obtuvimos (riesgo relativo = 1,04) en los pacientes con tratamiento activo también es para nosotros una causa, si no de preocupación, al menos de reflexión.
Autor para correspondencia: lconsue@gmail.com