Sr. Editor:
Agradecemos a Domínguez-Rodríguez et al su interés en nuestro artículo1, en el que señalamos a las metaloproteinasas (MMP) 9 y 10 como prometedores biomarcadores de riesgo cardiovascular. En su carta realizan una importante observación al señalar la relevancia de las variaciones circadianas en la concentración circulante de MMP-9, sobre la base de datos previos de esos mismos autores que muestran variaciones diurnas en la concentración sérica de MMP-9 en pacientes con síndrome coronario agudo2 que, sin embargo, no han sido observadas en sujetos sanos3. La información proporcionada refuerza nuestra opinión a la hora de validar adecuadamente los nuevos candidatos a biomarcadores, y la necesidad de demostrar su fiabilidad, estabilidad, escasa variabilidad y estandarización en la metodología de su medición1,4. Asimismo, la información proporcionada por Domínguez-Rodríguez et al nos ha llevado a plantearnos la posibilidad de que variaciones circadianas puedan modificar la concentración de MMP-10 circulante, una cuestión que estamos abordando actualmente.