ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 58. Núm. 1.
Páginas 107 (Enero 2005)

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María G Crespo LeiroaMaría J Paniagua Martína

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Sr. Editor:

Agradecemos el interés suscitado por nuestro trabajo, así como los comentarios de Formiga et al. Para evitar que nuestra opinión acerca de un tema que nos es muy cercano se desdibuje, acompañamos algunos comentarios aclaratorios.

Hay varias diferencias entre la insuficiencia cardíaca (IC) y otras enfermedades crónica progresivas (p. ej., neoplasias) que hacen que las decisiones y actitudes de los pacientes y los médicos con respecto a la reanimación ante una parada cardíaca sean diferentes en función de la enfermedad de base.

En el estadio terminal de la evolución final de la IC, la muerte súbita puede ser un alivio frente a la muerte por progresión de la enfermedad. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes con IC, el curso clínico se caracteriza por largos períodos de estabilidad interrumpidos por breves períodos de inestabilización durante los cuales, si bien la sintomatología puede ser muy severa e invalidante, también la mejoría tras la estabilización con tratamiento puede ser espectacular. Por ello, una hospitalización por IC no siempre significa que se está ya en la pendiente inexorablemente descendente de la enfermedad.

Muchos de los factores que llevan a una hospitalización en la IC son reversibles. Y una parada cardíaca puede ocurrir en cualquier momento de la evolución de un paciente con IC. Se trata de una condición muchas veces asociada con un miocardio eléctricamente inestable, rápida pérdida de electrolitos durante la diuresis y/o la utilización de fármacos con potencial arritmogénico1. Pero no necesariamente va ligada a la evolución final de la enfermedad.

En nuestro artículo2 no «mostramos una actitud a favor de que se les realicen maniobras de reanimación en la mayoría (77%) de los pacientes», sino que ilustramos, con los datos del estudio SUPPORT3, la opinión de los propios pacientes. El 77% de éstos manifestaba su deseo de ser reanimado ante una parada cardíaca. Los datos aportados por Formiga et al, a grandes rasgos y pese al pequeño tamaño muestral, confirman que una mayoría desea ser reanimada (60%; intervalo de confianza del 95%, 48-71%). Al reinterrogar a los pacientes del SUPPORT a los 2 meses, se halló que del 23% que no deseaba la reanimación el 40% había cambiado de opinión, mientras que del 77% que sí la deseaba tan sólo había cambiado de opinión el 19%.

El carácter de nuestro artículo en este apartado pretendía destacar lo delicado y cambiante de la situación, por lo que no podemos estar más de acuerdo con Formiga et al en que es muy importante que haya una perfecta comunicación entre el equipo médico y el paciente y su familia, y que ésta sea continua para que estas decisiones siempre difíciles puedan tomarse de la mejor forma posible.

Bibliografía
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Stevenson L..
Rites and responsibility for the resuscitation in heart failure. Tread gently on the thin places..
Circulation, (1998), 98 pp. 619-22
[2]
Crespo-Leiro M, Paniagua-Martín M..
Tratamiento de la insuficiencia cardíaca refractaria o avanzada..
Rev Esp Cardiol, (2004), 57 pp. 869-83
[3]
Krumholz H, Phillips R, Hamel M, Teno J, Bellamy P, Broste S, et al..
Resuscitation preferences among patients with severe congestive heart failure: results from the SUPPORT project. Study to understand prognoses and preferences for outcomes and risks of treatments..
Circulation, (1998), 98 pp. 648-55
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