La obstrucción coronaria es una temida complicación descrita en menos del 1% de los implantes percutáneos de válvula aórtica (TAVI)1. Un amplio estudio documentó que se manifiesta durante el procedimiento en la gran mayoría de los pacientes (89%)2. Se describen 2 casos que enfatizan la posibilidad de obstrucción coronaria varias horas después del implante de válvulas autoexpandibles.
El primer caso es una mujer de 87 años, frágil y con asma bronquial, programada para TAVI transfemoral (Society of Thoracic Surgeons, 6%). El estudio ecocardiográfico identificó una válvula moderadamente calcificada con gradiente máximo de 81mmHg, medio de 40mmHg y área de 0,9 cm2, y una raíz aórtica pequeña (anillo, 21mm; senos, 24mm; altura de ostium izquierdo, 6mm). Tras la valvuloplastia con balón de 18mm con aortografía simultánea, se implantó una CoreValve de 26mm y se apreció una posición alta pero con aceptable resultado funcional (figura 1 y vídeo 1 del material suplementario). Durante el día siguiente presentó angina con descenso del segmento ST y la aortografía mostró un flujo coronario preservado, por lo que se decidió tratamiento médico. Tres días después presentó un episodio más intenso, con descenso difuso del segmento ST. La coronariografía demostró compromiso de ambos ostium por el faldón de la prótesis (vídeo 2 del material suplementario). La paciente tuvo una parada cardiorrespiratoria que se resolvió con medidas de reanimación, balón de contrapulsación y tracción con lazo de 20mm (vídeo 3 del material suplementario). Tras ello, se comprobó la permeabilidad coronaria (vídeo 4 del material suplementario) y se observó una mejoría del gradiente máximo (49mmHg). La paciente rechazó cualquier procedimiento adicional; recibió el alta y se mantuvo libre de eventos durante 24 meses.
El segundo caso es un varón de 81 años con movilidad reducida, infarto previo, mielofibrosis con pancitopenia grave y estenosis aórtica crítica (gradiente máximo, 107mmHg; medio, 63mmHg; área, 0,5 cm2), con grave calcificación de los 3 velos (Society of Thoracic Surgeons, 6%). La tomografía computarizada mostró un anillo de 23mm, como valor promedio y derivado del perímetro, un seno izquierdo de 29mm y altura del ostium izquierdo de 9mm. Se programó para TAVI transfemoral bajo tratamiento con heparina, antiagregación simple con ácido acetilsalicílico y transfusión previa de plaquetas. Tras la valvuloplastia con balón de 23mm se implantó una Evolut R de 29mm, que se posdilató con balón de 25mm (figura 2 y vídeo 5 del material suplementario). A las 2h de la llegada a la unidad de cuidados intensivos comenzó con episodios repetidos de angina con descenso difuso del segmento ST. La coronariografía mostró suboclusión del tronco por una gran masa cálcica correspondiente al velo nativo desplazado (vídeo 6 del material suplementario). Dada la posición adecuada y la aceptable tolerancia clínica, se desestimó la tracción y se procedió a efectuar intervencionismo coronario. Tras repetidos intentos fallidos de atravesar la obstrucción, se decidió llevar a cabo una revascularización quirúrgica y, durante el traslado al quirófano, presentó una parada cardiaca.
El mecanismo principal de la obstrucción coronaria asociada a TAVI es el desplazamiento del velo nativo engrosado y calcificado sobre el ostium coronario. Otra posibilidad mucho menos frecuente es la obstrucción directa por el faldón de la prótesis3. A estos se asocian fenómenos dinámicos como hematoma tisular4, estasis en senos de Valsalva5 y, en válvulas autoexpandibles, expansión gradual tras el implante6, que explican que la complicación pueda aparecer de manera diferida.
En un estudio multicéntrico de 6.688 TAVI, Ribeiro et al2. identificaron la altura del ostium izquierdo < 12mm y la anchura de senos < 30mm como los predictores más importantes desde el punto de vista anatómico. En casos de riesgo, ciertas medidas pueden minimizar su aparición: a) ajustar el tamaño de la válvula en anillos limítrofes (p. ej., 26mm en lugar de 29mm en el segundo paciente); b) evitar el implante alto, que disminuye el espacio remanente y favorece la estasis sanguínea; c) valorar el comportamiento durante la valvuloplastia, aunque la sensibilidad de esta maniobra puede disminuir cuando se emplean balones de pequeño tamaño, y d) «proteger» la coronaria durante el implante con una guía de alto soporte, lo que permite cambiar la alineación y facilita el acceso en caso de obstrucción.
El tratamiento habitual es el intervencionismo coronario2, pero en ocasiones el avance de la guía es infructuoso. En estos casos, la tracción hacia la aorta ascendente es una alternativa razonable. Esta maniobra puede llevarse a cabo mediante un lazo o, como recurso de emergencia, con balón sobredimensionado a la cintura de la prótesis3.
En conclusión, la obstrucción tardía del ostium coronario es una complicación posible durante las horas que siguen al implante de válvulas autoexpandibles. Para la prevención y el diagnóstico precoz de esta complicación es esencial la identificación de los factores asociados.
CONFLICTO DE INTERESESC. Morís es proctor de la empresa Medtronic para el implante de prótesis aórticas percutáneas CoreValve.