Agradecemos las felicitaciones y los comentarios del equipo de la Unidad de Hemodinámica del Hospital de Ciudad Real. Coincidimos en que los resultados observados en los pacientes con síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST (SCASEST) de nuestro estudio1 tienen difícil explicación, ya que el código infarto se centra en el síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST. Respecto a su primera pregunta, los pacientes con SCASEST de alto riesgo aumentaron del 3,9 al 12,6% (p < 0,01) tras la implantación del código infarto, con un aumento en la tasa total de revascularización del 65,2 al 87,5% (p = 0,04), pero no en la revascularización en las primeras 24 h (el 69,6 frente al 62,5%; p = 0,89).
Segundo, coincidiendo con la difusión del protocolo del tratamiento antiagregante en el código infarto, y en concordancia con las recomendaciones de las guías de práctica clínica2, observamos que el grupo terapéutico que más varió entre ambos periodos en el SCASEST fueron los nuevos antiagregantes, cuya utilización se incrementó del 1,4 al 32,6% (p < 0,01); ticagrelor, de 0 al 26,3%, y prasugrel, del 1,4 al 6,3% (ambos, p < 0,01). La mayor tasa de revascularización, el mayor empleo de nuevos antiagregantes y la reorganización general de los servicios implicados en el código infarto podrían explicar los beneficios observados en el SCASEST.
A excepción de 1 hospital con gestión privada que siguió empleando la trombolisis, la angioplastia primaria se convirtió prácticamente en el único sistema de reperfusión en nuestro medio. Salvo contraindicación clínica, se remitió a todos los pacientes directamente desde la sala de hemodinámica a su unidad de cuidados intensivos de referencia. La organización del código infarto en Alicante con 2 zonas de asistencia fuera del horario laboral permite una concentración racional y coherente de recursos de la provincia y, gracias al empeño de los profesionales implicados, la generalización de la angioplastia primaria y el beneficio de la población.