ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 60. Núm. 4.
Páginas 453-454 (Abril 2007)

Horemkenesi, Da Vinci, Borodin: tres olvidados precursores de la cardiopatía isquémica

Horemkenesi, Da Vinci, Borodin: Three Forgotten Pioneers in Ischemic Heart Disease

Julio Montes-Santiagoa

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Sr. Editor:

Santiago Ramón y Cajal se quejaba amargamente de que si, en vez de en España, sus descubrimientos se hubieran producido en países de mayor solera científica como Francia o Alemania, su autoría no hubiera sido postergada con tanta frecuencia. Cajal sabía bien de lo que hablaba y puede ser especialmente pertinente recordar ­en el año 2006 se conmemoró el centenario de su concesión del Nobel­ que fue precisamente él quien primero demostró que las células cardiacas se ajustaban también al principio de la teoría celular de Virchow al ser entidades individuales delimitadas por el sarcolema1. En esta línea, el motivo del presente trabajo es contribuir a la divulgación de ciertos aspectos desconocidos u olvidados en la historia de la cardiopatía isquémica.

Horemkenesi (fig. 1A) pertenecía a la casta de los sacerdotes de Ammon y era, además, capataz encargado de la construcción de las pirámides faraónicas de la xx dinastía en Tebas (hacia 1050 a.C.). De acuerdo con los jeroglíficos hallados en su tumba, se desplomó súbitamente en la arena y su cuerpo fue parasitado de inmediato por escarabajos antes de su momificación. El examen forense de su momia 30 siglos después por investigadores de la Universidad de Minneapolis determinó que tenía una edad aproximada de 60 años. Se encontraron valores de troponina en tejidos extraídos de la cavidad abdominal similares a los de personas fallecidas por un infarto agudo de miocardio (IAM) en las que se había realizado parecido proceso de momificación y hasta 15 veces superiores a los de controles fallecidos sin IAM2,3. Horemkenesi es así la primera persona documentada cuya muerte súbita se debió a un infarto de miocardio.

Fig. 1. A. Horemkenesi (sarcófago). B. Leonardo da Vinci (autorretrato). C. Alexander Borodin.

Leonardo da Vinci (1542-1520) (fig. 1B), en 1510, realiza la autopsia a un anciano muerto sin causa aparente en el Hospital de Santa Maria Nuova de Florencia. En sus escritos describe la notable tortuosidad de sus arterias y declara que su muerte es «atribuible a la debilidad causada por la falta de sangre en la arteria que nutre el corazón y los miembros inferiores»4,5. Ésta parece ser, pues, la primera descripción histórica de muerte de causa coronaria.

Alexander Borodin (1833-1887) (fig. 1C), compositor de la inolvidable ópera El Principe Igor era, además de reputado músico, un notable químico, amigo entre otros de Dimitri Mendelev, el descubridor de la tabla periódica de elementos. Fue también un afamado médico que llegó a ser director de la Academia Médico-Quirúrgica Rusa. Tras varios episodios de angina a los 53 años, y mientras asistía a una fiesta típica rusa, falleció de muerte súbita debido a la rotura ventricular ocasionada por un IAM. En 1871, con su colaborador Krylov, mientras estudiaba la degeneración grasa del miocardio, descubrió que la acumulación de ésta no se producía, como era esperable, en forma de triglicéridos, sino en forma de colesterol6. Aunque Borodin no parece haber sido consciente del significado patológico de su descubrimiento, su hallazgo parece anticiparse en más de 40 años al de su compatriota Anichkov, quien induce la producción de arteriosclerosis en arterias de conejos alimentados con una dieta rica en colesterol.

Así pues, estos personajes se constituyen en los precursores históricos de diversas manifestaciones de la cardiopatía isquémica: Horemkenesi, de la muerte súbita. Leonardo Da Vinci, de la obstrucción coronaria, y Alexander Borodin, del depósito cardiaco de colesterol.

Este trabajo fue aceptado y expuesto como Comunicación póster en la XXIII Reunión de la Sociedad Gallega de Medicina Interna (Lugo, 2-3 junio 2006).

Bibliografía
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De Fuentes Sagaz M..
Santiago Ramón y Cajal y la cardiología: su descubrimiento poco conocido del sarcolema en el cardiomiocito..
Rev Esp Cardiol, (2001), 54 pp. 933-7
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Miller R, Callas D, Kahn SE, Richiutti V, Apple FS..
Evidence of myocardial infarction in mummified human tissue..
JAMA, (2000), 284 pp. 831-2
[3]
La medicina en el Antiguo Egipto. Madrid: Aldebarán Ediciones; 2004. p. 124-5.
[4]
Leonardo da Vinci. El vuelo de la mente. Madrid: Taurus; 2005. p. 469.
[5]
Moti di «consumación». En: Galluzzi P, coordinador. La mente di Leonardo. Nel laboratorio del Genio Universale. Galleria degli Uffizzi. Firenze: Giunti; 2006. p. 284-91.
[6]
Was the compositor Borodin the first to link cholesterol to heart disease? (history of medicine on line) [accedido 5 Oct 2006). Disponible en: http://www.priory.com/homol/Borodin/htm
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