Las guías de práctica clínica son una herramienta excepcional para optimizar la asistencia y el gasto sanitario y reducir la inaceptable heterogeneidad en la práctica clínica1. Sin embargo, la difusión y la implementación de guías inválidas puede generar un desperdicio de recursos, intervenciones inefectivas o incluso el deterioro de la salud del paciente1,2. El proceso de desarrollo de una guía de práctica clínica es tremendamente complejo, se ha descrito ampliamente y se ha estandarizado en la literatura médica1,2 y en los documentos oficiales de reconocidos organismos internacionales3,4. Dichas recomendaciones incluyen aspectos claramente definidos sobre los procesos de elaboración, la predefinición de los objetivos, la elección del panel de expertos, los consultores externos y los revisores asociados, la metodología de evaluación de la evidencia científica o el programa de implementación4.
Entre muchas de las labores editoriales y de coordinación realizadas en el trabajo colaborativo aludido5, varios de sus autores, así como las juntas directivas de la Sección de Electrofisiología y Arritmias y la Sección de Estimulación Cardiaca, consideraron que el documento mencionado por Martínez-Sellés no cumplía todos los requisitos anteriormente descritos, por lo que se añadió el párrafo, por otro lado, de palmaria lógica y a todas luces obvio: «Sin embargo, en este sentido, y para establecer recomendaciones aplicables a la práctica clínica, sería necesaria la elaboración de documentos de consenso que incluyeran la visión y perspectiva de todas las subespecialidades que se enfrentan a este contexto clínico y, singularmente, las del ámbito de la electrofisiología y estimulación cardiaca». Varias semanas antes de su edición definitiva, la última versión del artículo fue enviada a todos los coautores, incluido Martínez-Sellés, explicitando la realización de modificaciones, sin que se recibiera posteriormente objeción, queja o comentario algunos respecto al texto definitivo.
Finalmente, recordamos a Martínez-Sellés la posibilidad de renunciar a la coautoría de un artículo en caso de disconformidad con su contenido.