ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 75. Núm. 3.
Páginas 282-284 (Marzo 2022)

Carta al editor
Gestión clínica en cardiología. La hospitalización extendida

Clinical management in cardiology. Extended hospitalization

Alejandro Virgós LamelaabcJosé R. González-Juanateyabc

Opciones

Sr. Editor:

Los resultados asistenciales en las unidades de hospitalización de cardiología no dependen exclusivamente de su funcionamiento interno. Factores externos dependientes de otras unidades del propio servicio de cardiología, otros servicios del hospital, el servicio de urgencias o la organización de la atención a la cronicidad de las enfermedades cardiovasculares tienen una influencia determinante en los principales indicadores de calidad de las unidades de hospitalización1. Bajo este prisma parece razonable plantear que sean las propias unidades de hospitalización las que, difuminando sus fronteras, promuevan y participen en la puesta en marcha de estrategias para influir positivamente en esos factores. Este enfoque es lo que definimos como «hospitalización extendida» (figura 1).

Figura 1.

Estrategias orientadas a disminuir el número de estancias hospitalarias.

(0.3MB).

En el ámbito del propio servicio, las unidades de hospitalización de cardiología deben velar por la realización ágil de pruebas complementarias mediante el control de demoras y establecimiento de acuerdos y criterios de priorización con las unidades de imagen, electrofisiología y hemodinámica. Se debe minimizar la cancelación de procedimientos diagnósticos y terapéuticos programados, puesto que, además de la interferencia en la eficacia y la eficiencia de la asistencia sanitaria, tiene importantes implicaciones negativas en la percepción del paciente sobre la calidad del servicio y es causa frecuente de reclamaciones. Promover la realización de ecocardiografías a pie de cama, practicadas por facultativos de la unidad de hospitalización, evita desplazamientos de los pacientes, mejora la satisfacción y la relación médico-paciente2 y reduce la carga de trabajo de las unidades de imagen, al reservar su participación para los casos dudosos o de mayor complejidad. Además, aporta un enorme valor docente, pues permite establecer correlaciones instantáneas con los hallazgos exploratorios, aspecto que facilita la mejora de estas habilidades hoy tristemente en desuso. Estas ventajas son extensibles a la utilización de técnicas como la electrocardiografía de promediado de señales o la vectocardiografía que, a pesar de su probada rentabilidad clínica, son hoy en día de utilización injustificadamente marginal.

Más allá de las fronteras del servicio de cardiología, garantizar una asistencia cardiológica rápida y eficaz en el servicio de urgencias prestada por facultativos de las unidades de hospitalización permite reducir la necesidad de hospitalización al evitar ingresos innecesarios y acortar las estancias, que se garantiza la evaluación especializada del caso desde las primeras fases de la asistencia hospitalaria. La interconsulta hospitalaria, imagen de los servicios ante el resto del hospital, es un acto médico complejo y de alto valor asistencial, por lo que debiera resolverse con solvencia y agilidad. Convertir la realización de las interconsultas en una actividad prioritaria de las unidades de hospitalización estableciendo un compromiso de agilidad y eficacia proyectará al resto de las especialidades del hospital una imagen de excelencia, promoverá un efecto de retorno favorable en la resolución de las solicitadas desde el servicio de cardiología y establecerá una plataforma ideal para el desarrollo y la integración de unidades multidisciplinarias.

En el proceso del alta, resulta clave la sistematización del informe clínico, que debe ser preciso, conciso pero completo, fiable, objetivo y sobre todo claro e inteligible. Es necesario evitar o minimizar el uso de siglas y abreviaturas, que nunca debieran usarse en los diagnósticos y recomendaciones y nada aportan a la calidad asistencial, más allá de ahorrar esfuerzo a quien lo elabora. En su elaboración debe tenerse en cuenta que va dirigido al paciente y su cuidador, al médico de atención primaria y tanto a otros cardiólogos como facultativos de otras especialidades, pero también al codificador, y a todos ha de servir. En el momento del alta, es fundamental proceder a la conciliación de la medicación prescrita con la que ya tomaba el paciente y comprobar que este y su cuidador entienden perfectamente las recomendaciones terapéuticas y los ajustes que en su lista de medicación se han establecido.

Por último, deben de desarrollarse estrategias para minimizar los reingresos. Facilitar teléfono y persona de contacto para resolver dudas o comunicar eventualidades surgidas en las primeras semanas tras el alta, una política de «puertas abiertas» y la consulta precoz tras el alta, realizada por los cardiólogos que lo atendieron durante su ingreso, garantizan la continuidad asistencial y facilitan el alta precoz.

En conclusión, se debe avanzar hacia unidades de hospitalización que, difuminando sus fronteras y rentabilizando el alto conocimiento que sobre la salud de los pacientes el ingreso hospitalario genera, se comprometan con el desarrollo de estrategias de mejora de la calidad asistencial que garanticen la continuidad asistencial y reduzcan la necesidad de hospitalización (figura 2).

Figura 2.

Concepto y áreas de aplicación de estrategias de hospitalización extendida.

(0.46MB).
FINANCIACIÓN

Sin financiación.

CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES

Ambos autores hemos contribuido a la idea, el desarrollo del proyecto y la redacción del manuscrito.

CONFLICTO DE INTERESES

Sin conflictos de intereses.

Bibliografía
[1]
J.R. González-Juanatey, A. Virgós Lamela, J.M. García Acuña, B. Pais Iglesias.
Gestión clínica en el área cardiovascular.
Medir para mejorar. Rev Esp Cardiol., (2021), 74 pp. 8-14
[2]
J. Narula, Y. Chandrashelkhar, E. Braunwald.
Time to add a fifth pillar to bedside physical examination Inspection, palpation, percussion, auscultation and insonnation.
JAMA Cardiol., (2018), 3 pp. 346-350
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