ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 74. Núm. 6.
Páginas 556-558 (Junio 2021)

Carta científica
Cribado preparticipativo de deportistas pediátricos. ¿Debería preocupar el intervalo PR?

Preparticipation screening in pediatric athletes. Should we be concerned about the PR interval?

Jesús Velásquez-RodríguezaLeonel Diaz-GonzalezbPedro L. ValenzuelacVanesa BruñadAraceli BoraitaeAlejandro Luciafg

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Sr. Editor:

El intervalo PR es una característica importante del electrocardiograma (ECG) que refleja la conducción a través del nódulo auriculoventricular (AV). El intervalo PR prolongado (o bloqueo AV de primer grado) es una manifestación ECG frecuente y generalmente benigna entre los deportistas1,2. Hay poca información disponible sobre el intervalo PR corto y no hay datos de deportistas pediátricos. Sin embargo, es una cuestión importante porque, cuando se asocia con preexcitación ventricular o con síntomas, este cuadro en apariencia benigno podría ser motivo de preocupación y no debería pasarse por alto en los programas de cribado preparticipativo (PCP)3. Por este motivo, nuestro objetivo es comprobar la prevalencia de las alteraciones del intervalo PR en los deportistas pediátricos que participaron en un PCP.

El protocolo se ajustó a la Declaración de Helsinki. Se siguió un diseño observacional unicéntrico. Se estudió a deportistas de 5 a 16 años que asistieron a un PCP obligatorio que puso en marcha la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana (España) desde agosto de 2018 hasta junio de 2019. En el ECG se obtuvieron trazados de 12 derivaciones de acuerdo con los protocolos estándar y se utilizó un electrocardiógrafo ECG-12R portátil a través de un PC (Labtech Ltd, Debrecen, Hungría) y un programa informático específico (Cardiospy v5.04.01, Labtech Ltd). El bloqueo AV de primer grado se definió como intervalo PR > 170ms (edad <12 años) o > 180ms (edad ≥ 12 años) y PR corto, como intervalo PR <90ms (12 años) o <95ms (≥ 12 años)4. Se excluyeron los ritmos distintos del sinusal o la arritmia sinusal respiratoria.

Se examinó a 6.307 niños (edad, media±desviación estándar, 11±3 años; el 100% caucásicos; el 94% varones; práctica deportiva, 5,2 ± 2,6h/semana; en ritmo sinusal normal, el 86,4% del total; con arritmia sinusal, el 13,6%). La prevalencia del bloqueo AV de primer grado fue del 2,0% (intervalo de confianza del 95% [IC95%], 1,6-2,3). Ningún participante presentó un intervalo PR por encima del criterio liminar de bloqueo AV patológico de primer grado en deportistas adultos (> 400ms) y ninguno presentó un intervalo PR > 300ms. Además, en ningún niño con bloqueo AV de primer grado se produjo un cambio del ECG patológico asociado o bloqueo AV de alto grado. La prevalencia de PR corto fue del 0,6% (IC95%, 0,5-0,9). A 9 participantes se les diagnosticó síndrome de Wolff-Parkinson-White (WPW), de los que 1 (el 2,5% del subgrupo) mostró un PR corto. Sin embargo, cuando se utilizaron criterios de adultos (intervalo PR <120ms), 7 de los 9 niños con WPW presentaron un PR corto (con intervalo PR de 120ms en los otros 2 niños).

Las principales características demográficas y del ECG de los participantes con una duración anómala del PR no fueron, en esencia, muy diferentes de las de sus compañeros con un ECG normal, excepto en la anchura del QRS (tabla 1). El bloqueo AV de primer grado no se asoció con la edad, el sexo, las horas de práctica deportiva u otras características del ECG (todos p > 0,1), mientras que los niños con PR corto tuvieron más probabilidades de presentar un QRS más ancho (odds ratio=1,07; IC95%, 1,04-1,10; p < 0,001) (figura 1). Estos resultados se mantuvieron inalterables después de excluir de los análisis a los 9 pacientes con WPW (no se muestran los datos).

Tabla 1.

Características descriptivas de los participantes del estudio

  PR normal(n=6.144)  PR corto(n=40)  Bloqueo AV de primer grado(n=123)  Efecto de grupoa, p 
Edad (años)  11,2±2,9  11,6±2,8  11,1±2,9  0,646 
Varones (%)  93,8  90,0  90,2  0,169 
Práctica deportiva (h/semana-15,2±2,6  5,6±2,5  5,3±2,9  0,625 
Frecuencia cardiaca (lpm)  80±14  78±16  80±15  0,633 
QTc (ms)  418±17  416±19  415±18  0,173 
QTc en el límite superior (%)b  4,9  7,5  5,7  0,684 
QRS (ms)  93,5±8,6  99,6±15,3d  92,4±8,3  <0,001 
QRS ancho (%)c  0,7  10,0  <0,001e 

AV: auriculoventricular.

Los valores expresan media ± desviación estándar. Consulte el texto para la definición de PR corto y bloqueo AV de primer grado.

a

Los análisis estadísticos se realizaron con un ANOVA de un factor («grupo»).

b

QT corregido de Bazett (QTc) en el límite superior si la anchura del QTc ≥ 440 y <470ms (varones) o ≥ 450 y <480ms (mujeres).

c

QRS ancho o estrecho si la anchura del QRS es ≥ 120 o <120ms respectivamente.

d

p < 0,001 frente a bloqueo AV de primer grado y PR normal en comparaciones por pares post hoc (prueba de Bonferroni).

e

Análisis estadístico realizado con prueba de la χ2.

Figura 1.

Asociaciones encontradas entre PR corto y bloqueo AV de primer grado. AV: auriculoventricular. *Se encontraron diferencias significativas.

(0.31MB).

Esta es la mayor cohorte de deportistas pediátricos que han participado en un PCP hasta la fecha. Estos resultados indican una baja prevalencia de bloqueo AV de primer grado entre deportistas pediátricos blancos, que es similar y está por debajo de los valores anteriores notificados de deportistas blancos (1,1%) y africanos (11,4%) de 8 a 18 años2. Un hallazgo importante de nuestro estudio fue la ausencia de bloqueo AV de primer grado patológico cuando se utilizó el punto de corte para adultos, 400ms. Además, hay escasos datos sobre el PR corto en deportistas, pues solo Parry-Williams et al.5 han comunicado la prevalencia de este cuadro (4,9%). Debido a la mayor edad de los deportistas estudiados por estos autores (14-35 años) en comparación con nuestra cohorte, utilizaron el criterio liminar de los adultos para definir el PR corto (intervalo PR <120ms1), mientras que en este estudio se han utilizado los criterios de la población pediátrica (< 90 o <95ms para edades <12 y ≥ 12 años respectivamente). Esto podría explicar, al menos en parte, la mayor prevalencia de PR corto en el estudio de Parry-Williams et al.5: si se aplican los criterios de los adultos a nuestra cohorte, la prevalencia de PR corto aumentaría al 16,3%.

El PR corto se considera una afección benigna y no se recomienda ninguna evaluación adicional a menos que esté asociado con preexcitación ventricular o síntomas. Al respecto, la prevalencia de síndrome de WPW que se encontró fue muy baja, en consonancia con datos previos (0,14%)6. Curiosamente, al utilizar criterios pediátricos, como se hizo en este estudio, solo 1 de los 9 niños diagnosticados de WPW presentaba un PR corto. Este hallazgo no se ha notificado anteriormente, tal vez porque los criterios de PR corto en adultos (< 120ms) generalmente se han aplicado a cohortes pediátricas, por lo que posiblemente se ha sobrestimado la prevalencia real de esta afección. De hecho, en nuestro estudio, el intervalo PR fue ≤ 120ms en todos los niños con WPW. Por lo tanto, en presencia de un complejo QRS ancho y un empastamiento de la pendiente ascendente del QRS, no se debe descartar un diagnóstico de WPW en niños con intervalo PR normal para la edad.

En resumen, las anomalías del intervalo PR no son, en general, prevalentes ni patológicas entre los deportistas pediátricos. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que algunos niños con un intervalo PR normal que se acompaña de valores liminares estandarizados por edad pueden tener una afección grave que necesita una atención especial, el WPW.

FINANCIACIÓN

Los autores no han recibido financiación específica para la realización de este estudio. Este trabajo de PLV cuenta con el apoyo de la Universidad de Alcalá [número de contrato FPI2016].

CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES

Todos los autores asumen la responsabilidad por todos los aspectos de fiabilidad y ausencia de sesgos de los datos presentados y la discusión de la interpretación.

CONFLICTO DE INTERESES

Ninguno.

Agradecimientos

Agradecemos al equipo de enfermeras y médicos que ayudaron a obtener y recopilar los datos clínicos y electrocardiográficos.

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Circulation., (2012), 125 pp. 529-538

Ambos autores han contribuido por igual.

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