En este número extraordinario de Revista Española de Cardiología, los editores hemos pedido a las secciones científicas de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que resuman las novedades más importantes que, en su opinión, se han producido durante el año 2007 en sus respectivas áreas de interés1,2. Una vez más, este año contamos con las aportaciones de todas y cada una de las secciones científicas de nuestra sociedad. En la tabla 1 se presentan los temas que serán revisados y actualizados.
Al profundizar en la lectura de este número descubriremos, una vez más, el vigoroso dinamismo que mantiene nuestra especialidad, caracterizada por un constante espíritu crítico y de renovación, que nos permite seguir avanzando hacia un mejor conocimiento de las enfermedades cardiovasculares. Como veremos, 2007 ha producido unas novedades de gran interés. Esta claro que los trabajos de investigación pueden y deben interpretarse desde diferentes ópticas, pero también, que los que han logrado suscitar una atención más generalizada son especialmente interesantes. Así, en la tabla 2 se presentan los estudios que han sido citados más veces a lo largo de los diferentes capítulos de este número y que, por tanto, podríamos considerar que son los que han logrado alcanzar una mayor trascendencia3-14.
Los principales resultados de los últimos grandes ensayos clínicos ya han sido publicados en Revista Española de Cardiología, siguiendo una política editorial que hemos mantenido en los últimos años15-18. La traducción de los resúmenes de estos estudios (late breaking clinical trials) se publica precozmente en nuestra Revista tras su presentación en los congresos, pero no se profundiza en sus contenidos. En realidad, la repercusión final de estos estudios y, sobre todo, sus implicaciones clínicas y prácticas son difíciles de valorar de manera inicial. Obviamente, el análisis detallado y crítico de estos grandes estudios, y las reflexiones sobre sus aportaciones reales, únicamente pueden realizarse desde foros especializados y por los líderes de opinión más reconocidos en cada materia. Sólo la adecuada perspectiva de las sociedades científicas de la SEC puede hacernos entender todas las implicaciones clínicas y la verdadera trascendencia de los nuevos ensayos clínicos.
Muchas veces, los estudios observacionales nos sorprenden por su frescura y su capacidad de generar nuevas ideas sobre la fisiopatología de las enfermedades cardiovasculares, su pronóstico, o bien sobre las posibilidades terapéuticas. Con frecuencia, los nuevos estudios sólo aportan una finísima capa de información novedosa que, al sedimentarse sobre los conocimientos previos, ayudará a consolidar criterios ya bien asentados. Sin embargo, los nuevos estudios siempre aportan nuevos matices. De hecho, el valor adicional de esta nueva información puede ser difícil de apreciar desde otras áreas de nuestra especialidad y únicamente los expertos en cada área específica del conocimiento podrán desvelarnos su importancia. Es fácil entender el interés mostrado por las diferentes secciones científicas en resaltar los méritos de los artículos premiados por la SEC en las distintas áreas19. Otras veces, sin embargo, resultados o hallazgos científicos fortuitos e inesperados permiten cuestionar viejos paradigmas y remover los cimientos de nuestras ideas más arraigadas. Con relativa frecuencia, son precisamente los estudios observacionales los que suscitan más interés y controversia ya que, por una parte, son mucho más espontáneos y, por otra, están parcialmente liberados de la rigurosa metodología requerida de manera habitual por la medicina basada en la evidencia. No obstante, estos estudios sólo deben ser considerados como meros «generadores de hipótesis» que, posteriormente, deberán ser confirmadas en ulteriores estudios con un diseño y metodología específicos, y con un tamaño muestral apropiado.
A su vez, los registros, si están bien diseñados y han sido correctamente realizados, nos proporcionan una interesantísima información sobre la eficiencia de las intervenciones terapéuticas y nos permiten conocer la actividad asistencial en situaciones habituales de nuestro entorno real y, por tanto, son aplicables a la mayoría de los pacientes que atendemos en la clínica. De esta forma, los registros deben complementar, necesariamente, a los estudios aleatorizados. Aunque estos últimos han sido merecidamente ensalzados como la mejor herramienta de que disponemos para establecer la eficacia de las intervenciones terapéuticas, con frecuencia adolecen de serios problemas de validez externa debido a los estrictos criterios de inclusión empleados. Además, llama poderosamente la atención el celo con el que se miran los criterios de calidad de los estudios aleatorizados mientras que, en general, se presta una atención muy escasa a garantizar la adecuada calidad metodológica de los registros. De nuevo, sólo los líderes de opinión de cada subespecialidad de la cardiología pueden orientarnos en la lectura e interpretación de los datos aportados por estos registros y compararlos adecuadamente con otras fuentes de información. Debemos destacar aquí los excelentes registros oficiales de actividad de las secciones científicas de la SEC que cada año publicamos en Revista Española de Cardiología20-24.
Finalmente, el interés que suscitan el desarrollo y la implementación de las guías de práctica clínica (GPC) basadas en la evidencia cada vez es mayor. En este número se discuten las aportaciones de las nuevas GPC, con especial atención a las guías de la Sociedad Europea de Cardiología, adoptadas por las SEC y cuya traducción publicamos en Revista Española de Cardiología en formato electrónico para favorecer su mayor difusión11-14,25-28. Además, los comentarios de expertos locales, que se incorporan a la traducción de estas guías, son especialmente útiles para conocer sus implicaciones en nuestro país y conseguir su adecuada implementación. De manera ocasional, se presenta la necesidad de comparar las guías europeas con las americanas, elaboradas de forma prácticamente simultánea. Las pequeñas diferencias entre ambas deben ser identificadas, analizadas y explicadas de manera muy crítica ya que, en principio, la información en la que sustenta sus diferentes niveles de evidencia y grados de recomendación suele ser la misma. Es natural, por tanto, la atención que se ha presentado en este número al analizar las implicaciones de estos importantes documentos11-14,25-28.
La investigación en general, y la cardiovascular en particular, requieren ilusión, capacidad de sorpresa y, sobre todo, humildad para aceptar las limitaciones de nuestros conocimientos, que deben ser constantemente actualizados. A su vez, conseguir estar al día y asimilar todas las novedades científicas relevantes que debemos conocer supone una tarea titánica. Precisamente por eso, este número nos ofrece la oportunidad de repasar los avances científicos recientes más importantes, seleccionados de manera cuidadosa por expertos, pero con una inversión de tiempo razonable.
Estamos seguros de que este nuevo número extraordinario de «Temas de actualidad en cardiología 2007» despertará el mismo interés entre nuestros lectores que los 4 números similares precedentes. Los editores queremos agradecer desde aquí el esfuerzo realizado por todos los autores al guiarnos por los caminos de sus diferentes disciplinas para explicarnos las novedades más importantes. Esperamos que la lectura de este número despierte un interés científico renovado, permita una mejor comprensión de las enfermedades cardiovasculares y que, finalmente, pueda traducirse en conseguir un mayor beneficio clínico para nuestros pacientes.
Correspondencia: Revista Española de Cardiología.
Sociedad Española de Cardiología.
Nuestra Señora de Guadalupe, 5-7. 28028 Madrid. España.
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