ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 67. Núm. 10.
Páginas 865-866 (Octubre 2014)

In memoriam
En recuerdo de una cardióloga y compañera excepcional: Magda Heras i Fortuny (1953-2014)

Ginés Sanz

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Este es el artículo que no hubiese querido escribir nunca. En primer lugar porque significa que la Dra. Magda Heras nos ha dejado. Magda, la residente incansable, la cardióloga competente, la compañera de servicio infatigable, la amiga y consejera entrañable. En segundo lugar, porque a uno le gustaría encontrar palabras nuevas que expresasen con justicia el vacío que Magda ha dejado entre nosotros, sin caer en los tópicos y las expresiones que, a fuerza de manidas y usadas, parecen ya pura rutina.

Magda nació en Terrassa y en 1972 terminó su educación general en su ciudad natal. Durante los años 1972 a 1978 realizó brillantemente los estudios de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona. Inició la residencia en medicina interna en el Hospital Mútua de Terrassa ese mismo año y en 1982, la residencia de cardiología en el Hospital Clínic de Barcelona. Tras un breve periodo como médico adjunto en la Mútua, regresó al Hospital Clínic integrándose en el servicio de cardiología, que ya no abandonaría hasta su reciente fallecimiento. Fue sucesivamente adjunta y jefe de sección, y alcanzó la categoría de consultora sénior, la máxima en el escalafón de la carrera profesional de ese centro, en el año 2005. Durante ese tiempo realizó un fellowship de dos años (1987-1989) en el Laboratorio de Trombosis y Arteriosclerosis de la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota, Estados Unidos), así como otras estancias breves en la misma institución y en el Cardiovascular Biology Research Laboratory del Mount Sinai Medical Center de Nueva York. En 1986 obtuvo el doctorado por la Universidad de Barcelona con la calificación de apto cum laude. Magda era esencialmente una cardióloga clínica, en mi opinión la subespecialidad más difícil y necesaria de la cardiología. Conocía y había practicado las técnicas invasivas y no invasivas, lo que le permitía una visión comprehensiva del problema que afectaba a su paciente y una decisión siempre equilibrada y sensata. Desgraciadamente, el brillo de las técnicas seduce hoy a los jóvenes cardiólogos más que el trabajo del cardiologo clínico, aparentemente menos brillante, pero esencial para el buen cuidado del enfermo. ¡Ojalá el ejemplo de Magda cundiese entre las nuevas generaciones!

Las otras dos vertientes de su actividad profesional, la docencia y la investigación, merecen también especial mención. Magda fue desde su incorporación referencia y mentora de todas las generaciones de residentes del Hospital Clínic. Cercana y a la vez exigente en su trabajo, sirvió de inspiración para muchos cardiólogos que, desde sus actuales cargos de responsabilidad, lamentan profundamente su pérdida. En 2006 alcanzó su ilusión de ser profesora de la Universidad de Barcelona. A su vuelta de la Clínica Mayo, luchando con la precariedad de medios de aquella época, promovió la creación de un grupo de investigación básica integrado en la Fundació Clínic y en el IDIBAPS (Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer), y en 2003 fue nombrada directora del grupo. Fruto de esta actividad investigadora, tanto básica como clínica, son las 50 becas que recibió durante su vida profesional, su participacipación en 32 estudios multicéntricos, los 21 premios que recibió (el más reciente en 2013, de la Acute Cardiovascular Care Association de la Sociedad Europea de Cardiología [ESC]) y los casi 200 artículos publicados en revistas con revisión por pares.

La proyección profesional de Magda fue mucho más allá del propio servicio de cardiología o del Hospital Clínic. El entusiasmo y la capacidad que siempre mostró hicieron que muchas sociedades e instituciones, nacionales e internacionales, reclamasen su colaboración. Incansable, participó como conferenciante invitada con más de 230 ponencias en multitud de congresos y simposios de la Sociedad Española de Cardiología, la Acadèmia de Ciències Mèdiques i de la Salut de Catalunya i de Balears, la ESC, las Sociedades Chilena y Argentina de Cardiología, la American Heart Association y el American College of Cardiology, entre otras. Su esfuerzo en mejorar la educación médica y la calidad asistencial la llevó a colaborar o presidir un sinnúmero de comités: European Educational Programme in Cardiology, Task Force on Education Online de la ESC, Task Force on MCQs and Professional Standards de la ESC, Committee for Practice Guidelines Task Force, Comité Asesor del Departamento de Investigación Cardiovascular Traslacional del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (solo su enfermedad truncó el deseo del Dr. Valentín Fuster y mío propio de integrarla en el centro), Accreditation Committee on Intensive and Acute Cardiac Care del Working Group on Acute Cardiac Care de la ESC, Working Group on Thrombosis and Vascular Biology de la ESC, Council on Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology de la American Heart Association, Working Group on Cardiovascular Pharmacology and Drug Therapy de la ESC y Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Fue además presidenta de la Sección de Cardiopatía Isquémica de la Sociedad Española de Cardiología. En todos ellos, su dedicación y su meticulosidad la hicieron acreedora de la admiración de sus compañeros.

Miembro del consejo editorial de varias revistas, en 2009 fue nombrada Editora Jefe de REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA, una tarea a la que dedicó sus esfuerzos y desvelos hasta el último momento de su vida. Como reconocía el propio presidente de la Sociedad Española de Cardiología, en sus manos la revista creció en reconocimiento internacional y el factor de impacto alcanzó un 3,342 en la última edición. Supo reunir y liderar un grupo de magníficos profesionales, médicos, lingüistas, estadísticos y periodistas, que consiguieron poner en marcha su gran reto personal: tener una edición en inglés simultánea de gran calidad, modernizando la estética de la revista y los procesos de producción, renovando por completo la página web y lanzando una aplicación bilingüe para iPad. En resumen, poniendo la revista en el siglo XXI.

Un currículo nos habla solo de una parte de la persona, ni siquiera la más importante. Lo trascendental no es lo que hacemos, sino cómo lo hacemos, cómo hemos recorrido nuestro particular viaje a Ítaca. Magda alcanzó la sabiduría que dice el poeta desarrollando una personalidad llena de sorprendentes matices y contrastes. Frágil en apariencia pero con una fortaleza interna que le permitió afrontar sus momentos más delicados, incluida la propia muerte, con una dignidad extrema. Seria en su trabajo, pero dotada de una gran empatía e inteligencia emocional que la hacían siempre asequible a sus compañeros y pacientes. Un liderazgo fuerte con el que nunca intentaba aprovechar su superioridad ni gratificar su ego, sino poner sus habilidades al servicio de los otros. Una dedicación incansable al trabajo pero, sorprendentemente, con tiempo para sus otras pasiones: la familia, el deporte, la lectura o la música. Implacable ante la injusticia, excepto si ella era el objeto; entonces supo sufrirla con nobleza, poniendo siempre el bien común por delante de sus intereses personales y profesionales.

Magda, tu vida y tu obra, truncadas prematuramente, no quedarán en el olvido. Familia, alumnos y amigos aprendimos demasiado de ti para que tu ejemplo no perdure en el tiempo. Como decía uno de tus poetas preferidos (Martí i Pol):

  • En solitud, però no solitaris, reconduïm la vida, amb la certesa

  • que cap esforç no cau en terra eixorca. Dia vindrà que algú beurà a mans plenes l’aigua de llum que brolli de les pedres

  • d’aquest temps nou que ara esculpim nosaltres.

  • (En soledad, pero no solitarios, reconduzcamos la vida, con la certeza

  • de que ningún esfuerzo cae en tierra yerma. Llegará el día en que otros beberán a manos llenas el agua de luz que brote de las piedras

  • de este tiempo nuevo que ahora nosotros esculpimos).

Estimada Magda, como editora de la revista me exigirías terminar con un resumen que deje claro al lector el mensaje del artículo. Es casi imposible hacerlo. Por eso, vuelvo a tomar prestadas las palabras precisas de otro poeta (Ángel González), que seguro, Marc, Anna, toda tu familia y amigos suscribirán:

  • Si yo fuera Dios

  • y tuviese el secreto, haría

  • un ser exacto a ti

¡Hasta siempre, amiga!

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