Palabras clave
INTRODUCCIÓN
La miocardiopatía hipertrófica (MCH) afecta a uno de cada 500-1.000 individuos1. A pesar de que el espectro clínico de la enfermedad es muy variable, la estimación del riesgo se basa actualmente en criterios clínicos2-4.
Aproximadamente la mitad de los casos presenta antecedentes familiares, y tendría mutada una de las 2 copias de alguno de los genes que codifican proteínas del sarcómero5. Las mutaciones en los genes de la cadena pesada de la betamiosina (MYH7) y de la troponina T cardíaca (TNNT2) darían formas graves, con un riesgo elevado de muerte súbita (MS)5-7. Sin embargo, algunos portadores manifiestan hipertrofia ligera, y algunas mutaciones en el gen TNNT2 no provocan hipertrofia visible mediante ecocardiografía, pero elevan el riesgo de MS. En general, no se puede establecer una relación total entre una mutación y un pronóstico determinado8,9.
En este estudio nos hemos propuesto definir el valor del análisis directo de algunas mutaciones consideradas malignas con el fin de determinar su utilidad en la posible toma de decisiones clínicas en personas con antecedentes de MCH.
PACIENTES Y MÉTODO
Pacientes
Los 30 pacientes tenían entre 18 y 60 años (edad en el momento del diagnóstico) y presentaban una hipertrofia ventricular esencial (no secundaria a otras causas) de al menos 13 mm. En 25 casos se pudo constatar antecedentes familiares de MCH o MS (tabla 1). El estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación del Hospital Central de Asturias, y todos los pacientes dieron su consentimiento para participar.
Análisis genético
Se obtuvo el ADN de los pacientes a partir de los leucocitos de 10 ml de sangre empleando un método de precipitación salina10. Los exones de cada paciente se amplificaron utilizando la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), con cebadores diseñados a partir de las secuencias de los 2 genes (tabla 2). Las reacciones fueron digeridas con una endonucleasa de restricción (New England Biolabs o Boehringher Mannheim). Los fragmentos de cada digestión se separaron mediante electroforesis en geles de agarosa al 3% que, una vez teñidos con bromuro de etidio, permitieron visualizar la presencia de bandas correspondientes a las secuencias normales o mutadas. Las mutaciones así identificadas fueron confirmadas mediante secuenciación automática, empleando un sistema ABI310 (Applied Biosystems).
RESULTADOS
Hallamos alguna de las 16 mutaciones en 2 de los 30 pacientes: MYH7-R453C y TNNT2-R278C (figs. 1 y 2).
Fig. 1. Patrones electroforéticos correspondientes a los exones 14 del gen MYH7 (A) y 16 del gen TNNT2 (B). A: en el caso del gen MYH7, la digestión del fragmento amplificado con la enzima de restricción NlaIII permite visualizar el alelo normal, que no digiere (banda de 270 bases) de la mutación (bandas de 154 y 156 bases), que cambia el aminoácido en la posición 453 (arginina a cisteína). El carril 2 corresponde al paciente portador de la mutación y los carriles 1, 3, 4, y 5, a pacientes sin la mutación. El carril 6 contiene el marcador de tamaño de los fragmentos de ADN. B: tras digestión del fragmento amplificado con la enzima BstUI, se puede distinguir el fragmento con la mutación que cambia el aminoácido en la posición 278 del gen TNNT2 (arginina a cisteína, banda de 263 bases) del alelo normal (bandas de 192 y 71 bases). Las líneas 1, 5 y 6 corresponden a pacientes sin la mutación, y las líneas 2, 3 y 4, a una paciente con la mutación, su hermana y su hija. El carril 7 contiene el marcador de tamaños.
Fig. 2. Fragmento de las secuencias de los genes MYH7 (A) y TNNT2 (B), correspondientes a los codones que presentan las mutaciones. En los 2 casos se indica con una flecha el nucleótido mutado, que aparece como un pico de un solo color en la secuencia normal o de colores en la secuencia de los portadores de la mutación (que tendrán una copia normal y una copia mutada).
Caso 1
La mutación R453C en el exón 14 del gen MYH7 fue hallada en una mujer de 44 años diagnosticada de MCH a la edad de 25 años. Posteriormente, manifestó sintomatología que coincidió con la aparición de fibrilación auricular, que no pudo ser revertida a ritmo sinusal después de cardioversión eléctrica. Actualmente presenta un grado funcional III/IV de la NYHA (New York Heart Association) para disnea y una presión arterial (PA) de 110/85 mmHg sin soplos y con signos de fallo cardíaco derecho. El electrocardiograma (ECG) mostró una arritmia completa por fibrilación auricular, y el ecocardiograma una hipertrofia septal asimétrica del ventrículo izquierdo (VI; 17 mm de septo y 12 mm de pared posterior), sin gradiente ni movimiento sistólico anterior subvalvular. El Holter repetido no detectó arritmias ventriculares. Su hijo había fallecido de MS a la edad de 17 años, sin que existieran otros antecedentes familiares conocidos de la enfermedad.
Caso 2
La mutación R278C en el gen TNNT2 se halló en una mujer de 60 años, sin antecedentes familiares, que había sido diagnosticada a la edad de 49 años de una hipertrofia septal asimétrica. Había tenido episodios de síncope, disnea, mareos y palpitaciones, y la eco-Doppler puso de manifiesto una hipertrofia septal asimétrica no obstructiva con un septo de 22 mm y pared posterior de 12 mm, sin gradiente intraventricular, flujo diastólico mitral normal, patrón de relajación del VI retrasado y una aurícula izquierda dilatada de 47 mm. Pudimos estudiar a una hermana y a una hija de esta paciente, de 45 y 30 años, respectivamente, que eran portadoras de la mutación, pero tenían un VI no hipertrófico, con función Doppler normal.
DISCUSIÓN
La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad genéticamente compleja: se han identificado más de 150 mutaciones en al menos 11 genes que codifican proteínas sarcoméricas5,11. Una primera aproximación al análisis genético sería determinar en los pacientes la presencia de alguna de las mutaciones conocidas, especialmente las que han sido relacionadas con un mal pronóstico. Así, Ackerman et al analizaron las mutaciones R403Q, R453C, G716R y R719W en el gen MYH7, y la mutación R92W del gen TNNT2, en 293 pacientes con MCH, y sólo hallaron alguna de ellas en 3 pacientes, todos menores de 25 años12. El hecho de que sólo encontrasen mutaciones en el 1% de los pacientes llevó a estos autores a concluir que su determinación rutinaria sería poco útil. Este porcentaje es más bajo que el hallado por nosotros (7%), aunque Ackerman et al estudiaron a pacientes con un espectro fenotípico más amplio que los nuestros, incluyendo formas de aparición tardía (con pacientes de hasta 89 años), mientras que nosotros incluimos a pacientes menores de 60 años. En conjunto, estos resultados sugieren que el análisis directo de las mutaciones en estos genes sería más útil en las formas graves y/o precoces de MCH, aunque en la mayoría de los casos la única forma de identificar alguna mutación en estos genes sería la secuenciación de todos sus exones.
En la toma de decisiones clínicas sobre los portadores, debería valorarse el hecho de que no se ha podido establecer una correlación total entre esas mutaciones y el desarrollo de hipertrofia grave o MS. En nuestro estudio, una paciente de 44 años era portadora de la mutación R453C en el gen MYH7 y su hijo había fallecido de MS a los 17 años. Aunque no se pudo determinar la presencia de la mutación en el hijo, cabe suponer que sería portador. Una paciente que había sido diagnosticada de MCH grave era portadora de la mutación R278C en el gen TNNT2, mientras que una hermana y una hija eran también portadoras, pero no presentaban signos de hipertrofia. Estos 2 casos ilustran la heterogeneidad fenotípica en los portadores de mutaciones tradicionalmente consideradas malignas, que van desde la hipertrofia grave o MS precoz a su ausencia a una edad avanzada.
Limitaciones del estudio
Nuestro estudio presenta dos limitaciones. En primer lugar, analizamos un número reducido de pacientes. Por otro lado, nuestros resultados no reflejan el espectro mutacional real de estos genes, sino la incidencia de varias mutaciones previamente descritas. Para conocer la frecuencia de mutaciones en MYH7 y TNNT2 sería necesario secuenciar todos los exones de estos genes.
CONCLUSIONES
Nuestra experiencia indica que el análisis directo de las 16 mutaciones en los genes TNNT2 y MYH7 permitiría identificar la base genética de la MCH en cerca del 7% de los casos, independientemente de la existencia de antecedentes familiares. Este método podría ser útil como primera aproximación al diagnóstico genético.
Agradecimiento
Además de los autores, han contribuido a este estudio V. Álvarez, B.D. Molina, V. Albaladejo, A. Cortina, M. Soto y G.I. Cubero.
Este trabajo ha sido subvencionado por la Sociedad Asturiana de Cardiología y por el Fondo de Investigaciones Sanitarias (Red Temática de Centros; Genética).
Correspondencia: Dr. E. Coto García.
Hospital Central de Asturias (Maternidad). Laboratorio de Genética Molecular.
Celestino Villamil, s/n. 33006 Oviedo. Asturias. España.
Correo electrónico: ecoto@hcas.sespa.es