Varón de 52 años con molestias precordiales inespecíficas de 4 meses de evolución. La radiografía de tórax, la prueba de esfuerzo y la coronariografía fueron normales. El aortograma evidenció una gran cavidad diverticular e insuficiencia aórtica severa (fig. 1). La ecografía mostró una cavidad débilmente pulsátil sin contracción sistólica. No se detectaron flujos significativos hacia la cavidad. Tras la esternotomía, se visualizó el divertículo (fig. 2). Al abrir la aorta se observó una válvula aórtica bicúspide desestructurada y un pequeño orificio en comunicación con la cavidad diverticular entre las dos comisuras por debajo de la inserción de las valvas. Se extrajo la válvula aórtica nativa y se resecó el divertículo. El cuello se obliteró con sutura de puntos continuos. El pequeño agujero que conducía a la cavidad se cerró mediante un parche autólogo de pericardio. Se implantó una prótesis mecánica en posición aórtica. El estudio anatomopatológico demostró un divertículo con tejido fibroso. No se observó tejido muscular.
Fig. 1.
Fig. 2.
El divertículo subanular aórtico es una anomalía congénita que se puede presentar aislada, aunque habitualmente suelen asociarse alteraciones estructurales de la válvula aórtica (p. ej., valva bicúspide, perforaciones múltiples o prolapso) que pueden ocasionar regurgitación. El diagnóstico diferencial del aortograma se debe realizar del aneurisma congénito no perforado del seno de Valsalva. En ausencia de insuficiencia aórtica, es recomendable realizar una ventriculografía. Las técnicas no invasivas como la ecografía transtorácica y/o transesofágica, la resonancia magnética y la tomografía computarizada multicorte pueden ser útiles en el diagnóstico diferencial. Se recomienda la resección quirúrgica debido al riesgo de compresión del tronco común, arritmias, perforación espontánea y endocarditis.
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