Los actuales tomógrafos de múltiples detectores (TCMD) permiten, en ocasiones, valorar los stents coronarios, especialmente los de mayor tamaño (> 3 mm) y ubicados en los segmentos proximales de las arterias coronarias.
Presentamos el caso de un paciente de 81 años que ingresa para la realización de una coronariografía por angina progresiva. Durante la cateterización del ostium coronario izquierdo, se produce la disección del tronco común y de la descendente anterior (fig. 1A), complicada con parada cardiorrespiratoria que requiere balón de contrapulsación intraórtico y ventilación mecánica. Se implantan dos stents cubriendo completamente la disección consiguiendo flujo TIMI III; 24 horas después es posible retirar el soporte mecánico. El pico máximo CK/ CK-MB fue de 1.905/86 U/l. El paciente permanece asintomático y 2 días después, tras estabilización, se realiza control con TCMD de 64 detectores, que muestra la permeabilidad de los stents implantados (fig. 1B y C), detectándose además progresión de la disección hasta segmento medio de circunfleja con imagen compatible con trombo, probablemente en su falsa luz (fig. 1D). Ante estos hallazgos, se planeó nueva coronariografía con vistas a una posible revascularización quirúrgica, pero 12 h después del examen con TCMD el paciente experimentó episodio de dolor torácico con elevación del ST de V1 a V5, complicado con disociación electromecánica y muerte. No se realizó necropsia.
Fig. 1
El caso demuestra la utilidad de la TCMD en el seguimiento de los stents coronarios localizados en segmentos proximales, así como en la identificación de complicaciones concretas: extensión de la disección e incluso visualización de trombos coronarios.
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