Un varón de 36 años fue estudiado a causa de un cuadro de disnea de un mes de evolución. La exploración física demostró pulso paradójico, elevación de la presión venosa yugular, hepatomegalia y edema de miembros inferiores. La radiografía de tórax puso de manifiesto un nódulo irregular, opaco en el lóbulo inferior izquierdo y la silueta cardíaca estaba agrandada y de configuración globulosa. El electrocardiograma objetivó alternancia eléctrica (fig. 1A). La alternancia eléctrica puede ocurrir en el taponamiento cardíaco, la pericarditis constrictiva, en neumotórax a tensión, tras infarto de miocardio y con disfunción miocárdica severa. Un estudio ecocardiográfico (fig. 1B) reveló un gran derrame pericárdico y colapso de la pared libre de la aurícula derecha (flecha), junto con corazón oscilante. Con todo ello, el paciente fue diagnosticado de taponamiento cardíaco. Se efectuó pericardiocentesis evacuadora, drenando 1.800 ml de derrame pericárdico. El movimiento anómalo del corazón dentro del saco pericárdico desapareció cuando el líquido pericárdico fue aspirado, y el trazado electrocardiográfico se normalizó, corrigiéndose la alternancia eléctrica y creciendo la amplitud de los QRS (fig. 1C). El examen citológico encontró células sugestivas de adenocarcinoma. La exploración broncoscópica con biopsia reveló un adenocarcinoma pulmonar. El paciente murió 3 meses después.
Fig. 1A.
Fig. 1B.
Fig. 1C.
Cuando el derrame pericárdico es muy abundante puede haber un excesivo movimiento del corazón dentro del saco pericárdico (fig. 1B). Este movimiento se ha denominado «corazón oscilante». Debido a este excesivo bamboleo, el corazón no recupera su posición original antes de la siguiente despolarización eléctrica, por lo que el eje del complejo QRS varía, apareciendo la alternancia eléctrica en el electrocardiograma.