ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 51. Núm. 6.
Páginas 506 (Junio 1998)

Antonio Sánchez Sánchez (1907-1997)

Antonio Sánchez Sánchez (1907-1997)

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Antonio Sánchez guardó siempre fidelidad sin fisuras a sus raíces. Había nacido en el pueblo gaditano de Arcos de la Frontera, al que él definía como «un milagro blanco y alto en el paisaje», y mantuvo encendido el enamoramiento con este pueblecito embrujado hasta el final de su vida. Pero las otras raíces, las vitales forjadas en la entrega apasionada del día a día, estuvieron ancladas en la tierra en la que vertió sus más valiosos esfuerzos y ahondaron, poderosas, en la más pura autenticidad: a dondequiera que fue hizo gala de un extremeñismo noble y profundo. Como muestra baste señalar que, en ocasión de proponerlo para un puesto de relevancia en un centro nacional, declinó el ofrecimiento con una simple excusa: «Mi puesto está al lado del corazón de los extremeños».

Estudió Medicina en la Universidad de Sevilla, ciudad en la que también se formó en cardiología con el Dr. M. Vela, uno de los iniciadores de la especialidad en España, e hizo el doctorado con el Dr. G. Marañón en Madrid. Poco antes del inicio de la Guerra Civil se estableció en Badajoz, donde, sin interrupción, desempeñó su labor como cardiólogo durante 60 años. Por su temprana formación, fue uno de los pioneros en España y el introductor de la cardiología en Extremadura y en la región portuguesa del Alemtejo. Por su infatigable labor y su indiscutible magisterio, al constituirse la Sociedad Extremeña de Cardiología, en 1978, se le nombró Presidente de Honor. Sus méritos profesionales fueron igualmente reconocidos por la Sociedad Española de Cardiología, que, en 1981, le nombró Miembro de Honor.

Su vinculación a la Sociedad Española de Cardiología fue muy fructífera. Miembro Fundador, ya en 1948 figuró como Vocal representando a Extremadura, y en la II Reunión Anual, en 1949, dedicada a las enfermedades del pericardio, figuró como ponente con el tema Neumopericardio espontáneo. Formó parte de la Comisión de Reforma del Reglamento (1956), y participó activamente en la mayoría de los congresos nacionales, figurando como ponente en numerosas ocasiones. En 1963, propuso y colaboró en el estudio epidemiológico de la arteriosclerosis en España, primer análisis colectivo de los factores de riesgo en nuestro país, que fue tema de una Mesa Redonda en el Congreso Luso-Español de Oporto, y posterior publicación en nuestra Revista.

Aun ejerciendo en un medio alejado de los grandes hospitales y centros de decisión, supo mantener alerta al espíritu científico y se esforzó en publicar. Dentro de su no escasa producción (fiebre reumática, síndromes postinfarto, insuficiencia cardíaca crónica, etc.), cabe destacar su temprano interés por las arritmias, con la publicación de los que probablemente fueron los primeros casos de síndrome de Wolf-Parkinson-White en España. La Mesa sobre Prevención , motivo preferente de escritos y preocupación en sus últimos años, fue dedicada a su memoria en el último Congreso Nacional (Granada, 1997).

El tiempo histórico sufre un incesante proceso de aceleración en nuestros días y, en su torbellino, arrastra sin remedio la efímera fama que se gesta entre el mercado y la superficialidad. Pero existe un claro prestigio anidado en el corazón de las gentes, nacido al calor de la labor paciente, seria y honrada, que permanece por encima de modas y vaivenes. Y éste es el caso de Antonio Sánchez, hombre tímido y modesto, estudioso y tenaz, enamorado de la cardiología, cuyo ejemplo debería servir de reflexión en medio de la apresurada sucesión de continuas novedades, algunas tan pasajeras, que toca enfrentar en estos días finales del siglo xx.

Entroncado en la tradición hispana del médico humanista , su biblioteca profesional, de más de 2.000 volúmenes y una valiosa colección de revistas cardiológicas que abarcan medio siglo de la especialidad, ha sido donada a la Universidad de Extremadura. Y deja también otros 6.000 libros sobre los más variados temas de la cultura y una impresionante colección de música clásica y grabaciones hoy inencontrables de flamenco, una de sus reconocidas devociones.

Antonio Sánchez fue, en el sentido más cabal de la expresión, un hombre bueno de nuestro tiempo. Llevaba la integridad como atributo natural y, si fuera dado elegir alguna de las virtudes que lo acompañaron, habría sin duda que destacar dos de ellas: su tierno y profundo afecto , volcado generosamente con amigos y enfermos, y la firme y segura dignidad con la que caminó por la vida y ejerció la Cardiología.

Manuel del Águila

Presidente de la Sociedad Extremeña de Cardiología

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